domingo, 3 de junio de 2007

Fiebre

En este momento todavia no cuento con suficiente lucidez como para poder escribir, pero siempre intento hacer las cosas que regularmente hago cuando me siento en un estado diferente de consciencia, para sentir de diferentes formas la realidad. Tres crueles dias de convalescencia deliciosa y lacerante. La fiebre trepandome a cada hora, haciendome sudar las toxinas de mi pesimismo, subiendose y bajandose de mi cuerpo a un ritmo delirante, de musica clasica y jazz. Un viaje tormentoso pero sublime.
La fiebre es deliciosa, sientes que amas a todo el mundo, las injurias recibidas son perdonadas al instante porque estas tan apendejado que no puedes sentir ni siquiera un poco de desprecio hacia los que te las han hecho. Todo es perdonable porque nada te llega a la consciencia porque estas inconsciente, debido a que te estas muriendo. Por eso nada importa, sino solo disfrutar tu delirio, tu sudor, tu abandono al placer de esa enfermedad, de tu enfermedad, de ese cruel ritual de tu cuerpo...

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