En nuestra común realidad hay dos fuerzas que en el ser humano parecen manifestarse como una misma: el tiempo y la gravedad. Del primero solo quisiera decir algunas palabras.

Puedes escapar de muchas cosas, pero no de él. A veces casi no tienes que hacer nada, el se encarga de todo: de ponerte en un lugar, de vestirte de determinada manera, de decir ciertas cosas, de comportarte de una forma definida. Quién puede escapar de él?

Para la mayoría de nosotros, ilusos globos vacíos, llenos de nada, del aire que nos mantiene a flote, el tiempo se manifiesta más como gravedad. No importa qué tanto sueñes por las noches o en tus pupilas, finalmente caerás al suelo de la realidad. La realidad colectiva que es la que desde hace siglos crearon los hombres que olvidaron el espíritu. Haber olvidado que somos seres cósmicos, que pertenecemos al todo, que participamos de la magia universal, del amor eterno; haberlo olvidado y haberlo cambiado por un papel social, por un lugar en la fila del capitalismo, de la supervivencia, de la nada, del sinsentido.