miércoles, 30 de julio de 2008

Lunes

Lo he pensado muchas veces, pero nunca lo he llevado a cabo. Lo mas cercano que he hecho es lo que como otras veces en mayor en menor grado ya había hecho….

Eran las diez de la mañana del lunes. Tras haberme mantenido en contemplación extrema y sosteniéndome en vigilia las últimas cuatro noches hasta recibir la mañana del cuarto día, dormí por un lapso de tres horas, después me desperté para ingresarme algo de alimento y continuar con el insomnio involuntario. No podía dormir a pesar de mis ansiosos esfuerzos; mi cerebro, que aunque según tengo entendido gracias a alguna clase de la escuela y recordado últimamente por mi apreciadísima doctora, es inpropioperceptible, me ardía avanzadamente. Ya el día anterior, debido a la excesiva vigilia, era yo presa de ilusiones de todo tipo y pseudo alucinaciones karmaticamente tétricas, así que me dispuse a no desaprovechar tan ventajoso estado y arreglármelas para meterme alguna sustancia que exacerbara mi agraciado estado. Como dije, era lunes por la mañana, asi que la conecte no estaba disponible sino hasta después de las seis de la tarde, no podía esperar, corría el riesgo de sucumbir sin antes haber aprovechado mi condición, la única salida era abandonarme a lo que me podía proveer en el oxxo y así lo hice. Empecé con lentitud, suave y armónicamente a ingerir cada mililitro, sabia que era mejor empezar así, conocía las etapas por las que se pasa y era mejor calentar primero antes de adentrarse por completo en el asunto, las cosas iban bien, un poco de televisión al principio para agarrar un viaje bizarro y después liberarme de este con las ondas musicales que imaginaba saliendo de mi estereo cual comercial de Panasonic. Pasaron las primeras horas y se acababa la primera mitad de mi reserva. El refrigerador empezaba a asomar una mitad desolada de cerveza. Fue entonces que mi naturaleza de hombre visionario me hizo darme cuenta que era mejor tener “compañía”, no por la compañía en si como tal, sino para alternar los viajes a la tienda y para que el tiempo de espera a la apertura de la tiendita se hiciera mas soportable. Asi que acudí a mi celular, revise la lista de contactos y llame a un conocido que viviera mas cerca a mi domicilio. Le marque y sin mucha espera contesto, no era un tipo muy iniciado en el arte del escape, pero era mejor que nada, así que tras la invitación me dijo que acudiría en un par de horas a recibir mi instrucción y a divertirse. El tiempo corría mientras tanto, y mi tendencia de incubar torvos pensamientos con la combinación de cerveza y soledad me hizo experimentar el deseo de perturbar por unas horas el curso de algunas vidas de palurdos a los que conozco, perturbar hasta donde me fuera posible. Fue entonces que el orden del universo hablo y dijo estar de mi lado… La esencia de mi celular, según calculaba, se agotaría en poco tiempo, solo podría realizar algunas cuantas llamadas para invitarlos a mi estancia. Supuse que la mayoría de ellos no aceptaría iniciar una francachela un lunes a temprana hora, todos estarían anulando sus yoes y drogándose con su trabajo de alienados, estarían condenados hasta el próximo viernes. Pero esa era mi intención, perturbar su maniquea trayectoria en incitarlos a romper su decencia sin que lo supieran. Realizaba llamadas a diestra y “siniestra” y mi saldo no se agotaba. Sorprendido ante tal suceso, corrí el riesgo de agotar mi ultima llamada y marque para consultar mi crédito. Mi sorpresa fue tal cuando escuche que tenia un saldo altísimo que me entusiasme ante la idea de que los dioses apoyaba mis planes. Ahora solo era cuestion de hacer las llamadas y probar el azar o la causalidad…

Empecé a llamarlos a los que eran mas vulnerables, la mayoría contesto, algunos argumentaban que les era imposible, pensaba “idiotas”, pero eran francos; otros decían que irían o me avisarían cuando lo harían, otros que me dirían mas tarde. En fin, todo era cosa de los designios del destino. A las dos horas, como me dijo, llego mi primer huésped. Traía consigo el material apropiado para continuar sin contratiempos. Después de agotar mi crédito debido a que la persuasión tomaba su tiempo, empecé a recibir llamadas para preguntarme sobre la localización de mi casa. Empezaron a llegar uno, otro y otro. Logre juntar unos ocho palurdos un lunes por la tarde en mi casa. Todos ellos llegaron con la intención de pasar un breve momento acompañándolo con una cerveza, pero mi intención era hacerlos delirar lo mas briagamente posible. Así que me las arregle para que no faltara nada para cumplir esa empresa. Pasaban las horas y yo alucinaba, me sentía en el mejor party del mundo. Uno de ellos me llamo para hablarme en privado, nos salimos al patio-azotea, y lo que me dijo me hizo reafirmar la creencia en mi misión: el palurdo tenia en sus manos una considerable cantidad de material que había dejado algún “dealer” en el guardafango de su camioneta para librarse de la policía. Me pregunto si seria pertinente compartirla, el no usaba mucha y se sentía abrumado por la posesión de tal medicina. Le dije que yo me las arreglaría para repartirla en la fiesta. ¡El trance colectivo había explotado!..

A las diez de la noche, según dicen los que pudieron vislumbrar el reloj, sucumbí en la sala de mi apartamento, lo ultimo que recuerdo es haber lanzado un par de botellas hacia la calle desde mi tercer piso.
Al día siguiente desperté a las diez de la mañana nuevamente. Innumerables cuerpos yacían en la blanca alfombra de mi estancia, algunos sobre los miembros de otros. Olores agrios y fétidos flotaban en todo el lugar. Nadie había sobrevivido a la embriaguez y al delirio del material. Empecé a caminar felinamente y me detuve mientras mi mirada se posaba en un líquido espeso y amarillento que imperturbable se encontraba en el umbral de la cocina, un rictus abria paso a una sonrisa en mi rostro, alimentada por el éxito de mi empresa. Me conmovi casi hasta una lagrima. Todo eso era muy bello.. ¡Les había devuelto por una noche la libertad a esos pobres infelices!...

3 comentarios:

Unknown dijo...

Me parecio muy tonta esta historia. Insipida y pendeja

marcuse dijo...

Gracias joven... No se puede acceder a su blog. Me hubiera gustado elogiarlo tambien un poco.

Salvador dijo...

si, esta curada.

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