viernes, 22 de enero de 2010

Lombrices

El agua se colo en mi hastio voluntario;
una semana cayo por la bolsa rota de mi anestesia;
se pulio el asfalto con algunas penas.

Yo sigo llendo con todos,
con los que no se dan cuenta que hay que salvarse,
sobre todo.

Sigo llendo por dentro,
aunque por fuera mi lugar haya cambiado;
sigo llendo con el unico sonido de mis pasos por la calle;
brincando charcos de un desdia largo y siempre presente,
sorbiendo la claridad inasible de las nubes negras.

Las lombrices tambien van conmigo,
juntos nos asoleamos con esas nubes negras
juntos vamos con la corriente que fluye a la orilla de las calles,
pegada a las banquetas.

Yo voy en mi bicicleta,
bifurcando los espejos ondulantes del pavimento,
mis ruedas rasgan la cuerda del cristales encharcados
y mis piernas eferveciendo emociones mojadas.

Yo voy deseando que el sol no salga,
que no magnetice la aguja de la brujula cotidiana,
que los espejos bajo los pies no se evaporen,
que las ruedas me sigan empapando
de frio y de un poco de colores
y que las lombrices desde la banqueta me sigan sonriendo.

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