miércoles, 3 de julio de 2013

Morir ahogado (de imagenes)


Abrir el libro de la percepción con una hoja en blanco, como abrir el dia con el sonido de una nota por un solo pajaro. Iniciar con un punto, tal vez negro, o azul celeste, mejor aún. Iniciar las millones de imágenes del dia con un solo punto azul en medio de la blancura del papel, de una superficie inmensamente blanca. Luego, contemplarlo con la paz y serenidad mas absoluta; sin prisa, sin tiempo. Encontrar en el un insignificante punto en medio de la existencia y al mismo tiempo, el universo entero. Sentirse Dios contemplando su desenvolvimiento en un punto. Contemplarlo y beber su paz y su suficiencia.


Luego, cuando se haya agotado un poco (aunque creo que en nuestra existencia completa no alcanzariamos a agotar toda la significación y misterio de el mas mínimo punto) que sea trazada una pequeña linea o tal vez otro punto o una pequeña mancha (esto ultimo me parece que seria una inundación de estimulo)y contemplarlos juntos, a nuestro punto original y al nuevo ser en el papel. Encontrarlos a los dos, compararlos, relacionarlos, hacerlos enamosrarse, encontrar correspondencias de todo tipo, en imagenes, colores, hacerlos que se odien, inventarles todas las posibles historias. Mil hombres en toda su vida no alcanzarían a escribir ni concebir la mitad de sus posibles historias.


Despues, como la ambicion humana es interminable poner otro ser en ese papel. Tres imagenes, tres puntos, un enorme universo ya inexplorable. Ahora empieza la perdición, pero aun se puede intentar aunque se sepa que sea inútil. Aún asi navegar entre ellas y encontrar aventuras ya incomprensibles. Estar consciente que ya no hay nada que hacer, tres puntos o tres de las mas simples imagenes nos servirian para perdernos por siempre.

Vivir eternamente en ellas. Pero de pronto se escucha un sonido, alguien abre otra puerta, una luz incandescente hace desaparecer las tres imagenes, nos ciega esa luz, necesitmos cerrar los ojos, se escucha una nota que va siendo mas tensa e intensa. De pronto se hace el silencio. Parece que todo ha pasado. Nos decidimos a abrir los ojos y en el momento en el que lo hacemos un musica extremadamente caotica nos sincroniza con lo que vemos: la imagen de un dia de la vida. Caemos en ella fulminados ante los infinitos estimulos y morimos ahogados de percepcion de imagenes infinitas y todo su sugnificadio inimaginable. Hemos muerto. Asi vivimos todos los dias.

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